Protección con los Arcángeles
Enciende incienso y una veladora de Todos los Ángeles, del Arcángel Miguel, de Tetragramatón o de Siete Potencias. Pon en triángulo alrededor de la veladora tres cuarzos Herkimer, blancos o amatistas. Deja consumir la veladora y trae los cuarzos siempre consigo. Si deseas reforzar el efecto, unge primero la veladora con Aceite de Arcángeles para consagrar.
MEDITACIÓN CON LOS SERES DE LUZ
Puedes hacer este ritual estando sentado o parado mirando hacia el Este.
Respira hondo cinco veces. Diez segundos para inspirar desde la parte baja de los pulmones, cinco segundos retener el aire, diez segundos para expirarlo, suavemente. Cierra los ojos, siente como una nube de luz, la más brillante que hayas imaginado te va envolviendo como una especie de huevo alrededor tuyo, la luz va cambiando con los colores del arco iris: índigo, azul, verde, amarillo, naranja, rojo, morado…
Hazlo pausadamente, sin prisas, cuando sientas que estás listo, invoca al arcángel Miguel, que llegará por el Sur entre aromas de copal, enfundando en su traje de guerrero, con su escudo y su capa roja. Ponlo a tu derecha, pídele que utilice su espada de fuego para cortar cualquier vibración maléfica o atadura que te mantenga haciendo lo que tú sabes que no debes, que permita desprenderte de amarres del pasado, o en espacios que no te corresponden. Dile algo así:
“Poderoso arcángel Miguel, jefe de las milicias celestiales, quien desterró todo lo maligno a la oscuridad, acompáñame y dame la fuerza para cumplir todos mis propósitos, también necesito… (Aquí puedes decir o pedir lo que tú quieras). Utiliza tu espada para cortar…. (Di lo que quieres eliminar). Concédeme… (Enuncia con fuerza lo que quieres en tu vida y para tus seres queridos).
Luego de llamar a Miguel, de sentirlo a la derecha de ti, cierra nuevamente los ojos si los habías abierto, permanece atento a sus indicaciones, a sus susurros, a su protección, dale las gracias por estar contigo.
Ahora invoca al poderoso arcángel Uriel, el portador de la llama de Dios, el que ilumina tus caminos y abre las oportunidades permitiéndote que las identifiques y escojas la mejor, al ponerla bajo el brillo directo de la sabiduría celestial. Uriel se colocará a tu izquierda, derramando olores de naranja, mandarina y suave vainilla, liberando todas tus tensiones, la inseguridad, el miedo, la preocupación, abriéndote las sendas apropiadas, despejando obstáculos.
Uriel, con su traje naranja y sus alas doradas con carmesí permanecerá a tu lado, ahora estás flanqueado por dos arcángeles: Miguel a la derecha y Uriel a la izquierda. Puedes darle la bienvenida a Uriel, pedirle que permita conocer la verdad y aclarar lo que necesites saber. Háblale con tus propias palabras, pídele, ruégale, agradécele, haz lo que desees, él está contigo siempre para ayudarte en lo que sea. Escucha si tiene algo que decirte.
Cuando termines con Uriel, llama a Rafael, vestido con una túnica verde, un cayado en la mano derecha, unos peces en la izquierda. Rafael, el arcángel de la salud, de la comunicación, el protector de todos los que caminan, los que recorren lugares para vender, los atletas, los profesionales de la publicidad, del periodismo, quienes forman opinión pública, pilotean aviones, reparten el correo y todos quienes tengan que ver con la medicina y el estar en contacto, incluyendo el internet y demás.
Rafael está enfrente de ti, envolviéndote con sus alas blancas. Como en los casos anteriores, reconoce la presencia de Miguel a tu derecha, de Uriel a tu izquierda, de Rafael , que también es protector y patrono de quienes tengan que ver con el mar, enfrente, pídele lo que quieras, que él estará atento para contestarte, ya sea inmediatamente o por medio de señales y mensajes. Escucha unos segundos, concéntrate en percibir su esencia, huele como a nardos, a océano, a arena soleada.
Toca el turno al arcángel Gabriel, el protector de los niños, de las mujeres, de la familia, guardián de la armonía en el hogar. Llega con su túnica blanca y el ramo de flores en la mano que llevaba cuando le anunció a la virgen María que iba a dar a luz al hijo de Dios. Esparce desde el Oeste su aroma de lirios mezclado con un poco de azucenas y nardos. Se coloca a tu espalda, envolviéndote con sus alas nacaradas para hacerte saber de su presencia.
Ahora están los cuatro arcángeles contigo: Rafael frente a ti, Miguel a tu derecha, Uriel a tu izquierda, Gabriel a tu espalda. Todos se unen, se toman de las manos para formar una cadena de amor y protección alrededor tuyo. Siente su aroma, su tibieza, su fuerza, la armonía multiplicada que generan al estar juntos, la fuerza que te otorgan, el mando sobre tus situaciones, la decisión, la felicidad. Con ellos todo lo puedes.
*** Esta meditación al principio te llevará algún tiempo y puedes dedicarle todo el que quieras, pero también, en un momento dado en que necesites ayuda inmediata, puedes llamarlos para que formen el círculo protector y legarán al instante. Haz la prueba.
Todos los Angeles, le espera con más información en cualquiera de sus tres tiendas: Nuevo León 148, Col. Condesa, Tel 52-19-09-39 O en Manuel Izaguirre 10, junto a Plaza Satélite, en Naucalpan. Tel. 24-55-45-00